El enfrentamiento con palos era una práctica común entre los aborígenes canarios y su origen habría que situarlo en la actividad bélica, aunque también hay referencias que nos indican el carácter lúdico-deportivo que tenía para los primeros pobladores, antes de la llegada de los conquistadores.
El juego del palo Canario, se basa en un enfrentamiento lúdico con palos entre dos jugadores que se marcan (señalan) y se defienden (atajan) de golpes retenidos, evitando hacerse daño. Los palos están curtidos al fuego y cualquier golpe dirigido hacia un punto vital del cuerpo podría ser sumamente peligroso.
En Arona, Eduardo Oramas fundó la Escuela de Juegos Tradicionales en 2005. El juego del palo y de la mano son dos de las variedades vernáculas que el maestro ha aportado a esta escuela, un tipo de defensa personal canaria, como así se define.